La niña que soñaba con el mar

La niña que soñaba con el mar

Mi historia convertida en cuento

Guardo dentro la historia de una niña cuyo juguete preferido siempre fue la imaginación.

Una niña cuyo cuerpo se mantenía en este mundo, pero que llevaba el alma atada de un cordel a la muñeca, flotando lejos, muy lejos, allí a donde ninguno de sus fantasmas podía llegar.

 

En torno a una taza de café, la historia de aquella pequeña podría parecer traumática e incluso desgarradora en algunos capítulos.

Pero para sorpresa de todos, sorteó los embistes de la vida y se convirtió en una mujer escéptica, reflexiva y ocurrente, siempre dispuesta a regalar una sonrisa y una buena conversación.

 

Durante un tiempo, trató de aterrizar los pies en la tierra y camuflarse entre la multitud, pero nunca terminó de conectar con aquel mundo y simplemente se rindió. Un día, sin más, dejó de intentarlo.

 

La incertidumbre, la frustración y la sensación de no encajar en ningún lado la fueron devorando. La imaginación no se veía con buenos ojos en aquel mundo al que sabía que no pertenecía, así que se limitó a esconderse en sí misma y evadirse.

 

Y es que flotando en tu propio mundo no se está tan mal…

 

Allí dentro, algo se encendió: a lo largo de su adolescencia había conocido a quien sería el amor de su vida; alguien que le daba paz y que, con su inmensidad y su infinita libertad, inspiró a nuestra protagonista. Ese alguien era el mar.

© Ilustración de Jako del Bueno.

Se prometió a sí misma llegar a donde sí hubiera un sitio para ella, se ató los cordones y salió a buscar su propio destino.

 

Los habitantes de aquel extraño mundo coincidieron en que no existía un lugar como el que ella estaba decidida a encontrar, e incluso trataron varias veces de cerrarle las puertas del reino, totalmente convencidos de hacerlo por su bien.

Sin embargo, reunida con la noche, volvía a escuchar los cantos de sirena.

 

Por supuesto, una de esas noches logró escapar, sigilosa, de aquel reino, decidida a no volver jamás y vivir su propia aventura. Fue así, avanzando entre la maleza, como se perdió en un mundo muy, muy lejano del que la había visto nacer.

© Ilustración de Jako del Bueno.

Hay quien dice que alcanzó varios momentos de debilidad, y que incluso estuvo a punto de desfallecer, pero finalmente logró encontrar el hogar que estaba buscando.

 

Ahora, convencida de que hay muchos otros atrapados en lugares a los que no pertenecen, dedica su vida a ayudar a esos aventureros frustrados para emprender el viaje que les lleve a su auténtico hogar.

La niña que soñaba con el mar

La niña que soñaba con el mar

Mi historia convertida en cuento

Guardo dentro la historia de una niña cuyo juguete preferido siempre fue la imaginación.

Una niña cuyo cuerpo se mantenía en este mundo, pero que llevaba el alma atada de un cordel a la muñeca, flotando lejos, muy lejos, allí a donde ninguno de sus fantasmas podía llegar.

 

En torno a una taza de café, la historia de aquella pequeña podría parecer traumática e incluso desgarradora en algunos capítulos.

Pero para sorpresa de todos, sorteó los embistes de la vida y se convirtió en una mujer escéptica, reflexiva y ocurrente, siempre dispuesta a regalar una sonrisa y una buena conversación.

 

Durante un tiempo, trató de aterrizar los pies en la tierra y camuflarse entre la multitud, pero nunca terminó de conectar con aquel mundo y simplemente se rindió. Un día, sin más, dejó de intentarlo.

 

La incertidumbre, la frustración y la sensación de no encajar en ningún lado la fueron devorando. La imaginación no se veía con buenos ojos en aquel mundo al que sabía que no pertenecía, así que se limitó a esconderse en sí misma y evadirse.

 

Y es que flotando en tu propio mundo no se está tan mal…

 

Allí dentro, algo se encendió: a lo largo de su adolescencia había conocido a quien sería el amor de su vida; alguien que le daba paz y que, con su inmensidad y su infinita libertad, inspiró a nuestra protagonista. Ese alguien era el mar.

© Ilustración de Jako del Bueno.

Se prometió a sí misma llegar a donde sí hubiera un sitio para ella, se ató los cordones y salió a buscar su propio destino.

 

Los habitantes de aquel extraño mundo coincidieron en que no existía un lugar como el que ella estaba decidida a encontrar, e incluso trataron varias veces de cerrarle las puertas del reino, totalmente convencidos de hacerlo por su bien.

Sin embargo, reunida con la noche, volvía a escuchar los cantos de sirena.

 

Por supuesto, una de esas noches logró escapar, sigilosa, de aquel reino, decidida a no volver jamás y vivir su propia aventura. Fue así, avanzando entre la maleza, como se perdió en un mundo muy, muy lejano del que la había visto nacer.

© Ilustración de Jako del Bueno.

Hay quien dice que alcanzó varios momentos de debilidad, y que incluso estuvo a punto de desfallecer, pero finalmente logró encontrar el hogar que estaba buscando.

 

Ahora, convencida de que hay muchos otros atrapados en lugares a los que no pertenecen, dedica su vida a ayudar a esos aventureros frustrados para emprender el viaje que les lleve a su auténtico hogar.

Cómo me gano la vida

Cómo me gano la vida

A esto me dedico

Podría decirte que soy brand manager o que “me dedico al branding”, pero tú y yo sabemos que lo más probable es que te quedes igual.

Así que te explicaré qué hago: me encargo de crear y gestionar marcas para negocios.

Esto no significa hacer un logotipo (eso es tarea del diseñador gráfico), más bien me encargo de darle forma a la marca* y más tarde, plantear y supervisar la estrategia de comunicación de un negocio para que la imagen y el mensaje que queremos transmitir lleguen de forma clara al cliente.

 

* Darle forma a una marca: definir los valores que defiende la empresa, los parámetros para la imagen gráfica, el estilo de comunicación, la historia que cuenta, qué misión tiene, a quién se dirige, cuál es su competencia, qué estrategias seguirá, cómo es su atención al cliente…

© Ilustración de Jako del Bueno.

El branding no es lo que “ves” en una marca, sino lo que sientes cuando piensas en ella; esa imagen mental y esas emociones que vienen a ti.

El típico ejemplo que se suele dar es el de Apple, una empresa que tiene una experiencia de usuario imbatible, pero prefiero irme a un caso mucho más rudimentario: pensemos en un equipo de fútbol, ya sea el Barça, el Atlético de Madrid o el que tú prefieras.

El Barça no solamente es una agrupación de jugadores de fútbol con un sueldo millonario por participar en diferentes competiciones. El Barça es un sentimiento, y así te lo defenderá un culé; un sentimiento que para ese mismo culé será de devoción y pasión, pero que para un merengue se convierte en rivalidad, desprecio… e incluso odio o asco.

 

Esto se produce porque el Barça y el Real Madrid son marcas muy bien trabajadas a lo largo de los años, y para que una marca genere auténticos fanáticos y detractores hace falta alguien detrás que dirija las acciones de marca. Ese es el perfil de un brand manager.

 

No es que yo apoye especialmente estos puestos modernos con términos en inglés, pero teniendo en cuenta lo que cuesta explicar qué es lo que hago exactamente, casi que lo que menos me importa es el nombre… jajaja

Cómo me gano la vida

Cómo me gano la vida

A esto me dedico

Podría decirte que soy brand manager o que “me dedico al branding”, pero tú y yo sabemos que lo más probable es que te quedes igual.

Así que te explicaré qué hago: me encargo de crear y gestionar marcas para negocios.

Esto no significa hacer un logotipo (eso es tarea del diseñador gráfico), más bien me encargo de darle forma a la marca* y más tarde, plantear y supervisar la estrategia de comunicación de un negocio para que la imagen y el mensaje que queremos transmitir lleguen de forma clara al cliente.

 

* Darle forma a una marca: definir los valores que defiende la empresa, los parámetros para la imagen gráfica, el estilo de comunicación, la historia que cuenta, qué misión tiene, a quién se dirige, cuál es su competencia, qué estrategias seguirá, cómo es su atención al cliente…

© Ilustración de Jako del Bueno.

El branding no es lo que “ves” en una marca, sino lo que sientes cuando piensas en ella; esa imagen mental y esas emociones que vienen a ti.

El típico ejemplo que se suele dar es el de Apple, una empresa que tiene una experiencia de usuario imbatible, pero prefiero irme a un caso mucho más rudimentario: pensemos en un equipo de fútbol, ya sea el Barça, el Atlético de Madrid o el que tú prefieras.

El Barça no solamente es una agrupación de jugadores de fútbol con un sueldo millonario por participar en diferentes competiciones. El Barça es un sentimiento, y así te lo defenderá un culé; un sentimiento que para ese mismo culé será de devoción y pasión, pero que para un merengue se convierte en rivalidad, desprecio… e incluso odio o asco.

 

Esto se produce porque el Barça y el Real Madrid son marcas muy bien trabajadas a lo largo de los años, y para que una marca genere auténticos fanáticos y detractores hace falta alguien detrás que dirija las acciones de marca. Ese es el perfil de un brand manager.

 

No es que yo apoye especialmente estos puestos modernos con términos en inglés, pero teniendo en cuenta lo que cuesta explicar qué es lo que hago exactamente, casi que lo que menos me importa es el nombre… jajaja

15 cosas sobre mí

15 cosas sobre mí

Algunas curiosidades

1. Sí, Khoana es mi nombre, pero no es el que aparece en mi DNI. Se pronuncia coana (cuando me presento, siempre digo “como koala, pero con n”) y es normal que no lo hayas oído nunca, puesto que soy la única persona del mundo con ese nombre.

 

2. Pienso que las personas, en general, deberían saber mucho más sobre historia. También creo que no hay forma más sencilla de ver el futuro que mirar al pasado. ¡La historia es cíclica!

 

3. Mis principales referentes de vida son Leonardo da Vinci y mi abuela. Esta última me apuntó a Danza Goyesca cuando apenas sabía hablar, y continué recibiendo clases de baile hasta los 17. Así que sí, soy bailarina aunque no me dedique profesionalmente a ello.

 

4. De niña quería ser pirata y surcar los Siete Mares. Ahora vivo en una furgoneta y viajo por el mundo, pero mantengo como meta vital el aprender a navegar.

En la costa mallorquina, cumpliendo un sueño.

5. Hablando de furgoneta… la campericé junto con mi pareja, con nuestras propias manos. Fue un proceso duro que no repetiría, pero nos ha quedado impresionantemente bien y es una pequeña casita con mucho encanto y todo lo necesario para vivir.

 

6. En relación con el punto anterior, mi película favorita es La Búsqueda, de Jon Turteltaub, una película que no te recomiendo ver conmigo porque me sé todos los diálogos al nivel de poder recitar el film entero de memoria.

 

7. No nací con el don de tocar instrumentos y, como mucho, te puedo tocar las castañuelas, la pandereta y el triángulo, pero me encanta la música, sé tocar Smells like teen spirit de Nirvana con la batería y soy la mejor artista que conozco haciendo playlist en Spotify.

 

8. El cine de animación es una de mis grandes pasiones, no soy muy amiga de la ciencia ficción, me encanta estudiar la producción técnica en películas/series y tengo el superpoder de ver todos los errores de racord, personajes secundarios y pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos en pantalla.

 

9. Mi pareja (el responsable de las ilustraciones anteriores) se parece a Axl Rose de joven y eso me hace absurdamente feliz. Aproveché una fiesta de disfraces para confirmar mis sospechas… y bueno, puedes juzgar con tus propios ojos:

PD. Mi disfraz era de Janis Joplin.

¿Parecidos razonables? Yo creo que sí.

10. Mi grupo sanguíneo es AB-, una sangre que solo tiene el 2% de la población mundial ¡así que menos mal que los raritos como yo podemos recibir transfusiones de otros grupos!

 

11. Mi color favorito es el marrón. Me fascina desde siempre y no entiendo su poca popularidad.

 

12. Mi pareja dice que tengo ultrasonidos, y es que tengo el oído tan fino que puedo oír frecuencias que oyen menos del 1% de las personas. Esto significa que me molestan ruidos que nadie más en una sala percibe o puedo entender la letra de la canción que está escuchando un vecino a cuatro pisos de diferencia mientras el resto solo escucha ligeramente los bajos.

 

13. Poseo altas capacidades y, lejos de ser algo a celebrar, por ahora me ha traído más problemas y dificultades que alegrías. Es una condición rodeada de muchos mitos y prejuicios y algo de lo que, en general, no se puede hablar libremente sin que te malinterpreten.

 

14. Mi animal favorito no es el búho, sino el cocodrilo. El uso del búho para toda mi comunicación se debe a que es mi animal espiritual o tótem. No soy especialmente “creyente” de estas cosas, pero sí es el animal que mejor representa mi esencia.

 

15. Tengo un problema con la sociedad, me cuesta mucho aceptar el mundo como es y odio no poder conectar profundamente con los demás. Esto hace que, eventualmente, tenga etapas de misantropía que me hacen sufrir bastante.

15 cosas sobre mí

15 cosas sobre mí

Algunas curiosidades

1. Sí, Khoana es mi nombre, pero no es el que aparece en mi DNI. Se pronuncia coana (cuando me presento, siempre digo “como koala, pero con n”) y es normal que no lo hayas oído nunca, puesto que soy la única persona del mundo con ese nombre.

 

2. Pienso que las personas, en general, deberían saber mucho más sobre historia. También creo que no hay forma más sencilla de ver el futuro que mirar al pasado. ¡La historia es cíclica!

 

3. Mis principales referentes de vida son Leonardo da Vinci y mi abuela. Esta última me apuntó a Danza Goyesca cuando apenas sabía hablar, y continué recibiendo clases de baile hasta los 17. Así que sí, soy bailarina aunque no me dedique profesionalmente a ello.

 

4. De niña quería ser pirata y surcar los Siete Mares. Ahora vivo en una furgoneta y viajo por el mundo, pero mantengo como meta vital el aprender a navegar.

En la costa mallorquina, cumpliendo un sueño.

5. Hablando de furgoneta… la campericé junto con mi pareja, con nuestras propias manos. Fue un proceso duro que no repetiría, pero nos ha quedado impresionantemente bien y es una pequeña casita con mucho encanto y todo lo necesario para vivir.

 

6. En relación con el punto anterior, mi película favorita es La Búsqueda, de Jon Turteltaub, una película que no te recomiendo ver conmigo porque me sé todos los diálogos al nivel de poder recitar el film entero de memoria.

 

7. No nací con el don de tocar instrumentos y, como mucho, te puedo tocar las castañuelas, la pandereta y el triángulo, pero me encanta la música, sé tocar Smells like teen spirit de Nirvana con la batería y soy la mejor artista que conozco haciendo playlist en Spotify.

 

8. El cine de animación es una de mis grandes pasiones, no soy muy amiga de la ciencia ficción, me encanta estudiar la producción técnica en películas/series y tengo el superpoder de ver todos los errores de racord, personajes secundarios y pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos en pantalla.

 

9. Mi pareja (el responsable de las ilustraciones anteriores) se parece a Axl Rose de joven y eso me hace absurdamente feliz. Aproveché una fiesta de disfraces para confirmar mis sospechas… y bueno, puedes juzgar con tus propios ojos:

PD. Mi disfraz era de Janis Joplin.

¿Parecidos razonables? Yo creo que sí.

10. Mi grupo sanguíneo es AB-, una sangre que solo tiene el 2% de la población mundial ¡así que menos mal que los raritos como yo podemos recibir transfusiones de otros grupos!

 

11. Mi color favorito es el marrón. Me fascina desde siempre y no entiendo su poca popularidad.

 

12. Mi pareja dice que tengo ultrasonidos, y es que tengo el oído tan fino que puedo oír frecuencias que oyen menos del 1% de las personas. Esto significa que me molestan ruidos que nadie más en una sala percibe o puedo entender la letra de la canción que está escuchando un vecino a cuatro pisos de diferencia mientras el resto solo escucha ligeramente los bajos.

 

13. Poseo altas capacidades y, lejos de ser algo a celebrar, por ahora me ha traído más problemas y dificultades que alegrías. Es una condición rodeada de muchos mitos y prejuicios y algo de lo que, en general, no se puede hablar libremente sin que te malinterpreten.

 

14. Mi animal favorito no es el búho, sino el cocodrilo. El uso del búho para toda mi comunicación se debe a que es mi animal espiritual o tótem. No soy especialmente “creyente” de estas cosas, pero sí es el animal que mejor representa mi esencia.

 

15. Tengo un problema con la sociedad, me cuesta mucho aceptar el mundo como es y odio no poder conectar profundamente con los demás. Esto hace que, eventualmente, tenga etapas de misantropía que me hacen sufrir bastante.

Hasta pronto

Hasta pronto

Solo si tú quieres

Describirse a uno mismo es complicado, y por supuesto soy mucho más que estas líneas, pero es con tiempo y confianza como se conoce de verdad a las personas.

 

Por eso, te invito a que pasemos más tiempo en compañía y a que incluso convirtamos esta relación en algo más bidireccional. Quiero saber si a ti también te dan pánico las tormentas o las agujas, o cuál es tu canción favorita.

Así que… ¿quieres que siga contándote historias?

Hasta pronto

Hasta pronto

Solo si tú quieres

Describirse a uno mismo es complicado, y por supuesto soy mucho más que estas líneas, pero es con tiempo y confianza como se conoce de verdad a las personas.

 

Por eso, te invito a que pasemos más tiempo en compañía y a que incluso convirtamos esta relación en algo más bidireccional. Quiero saber si a ti también te dan pánico las tormentas o las agujas, o cuál es tu canción favorita.

Así que… ¿quieres que siga contándote historias?