🦄 ¡Es tan bonito que me quiero morir!
Del enamoramiento y otras drogas.
#034 | Desde 📍Galicia (España) con ♥︎.
Mi nombre es Khoana, y estás leyendo mi newsletter personal, un espacio ensayístico en el que comparto reflexiones, aprendizajes y todo lo que sé.
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Dicen que cuando te enamoras, hackeas el circuito de recompensa de tu cerebro 🧠, que comienza a generar hormonas de manera descontrolada provocando desde aceleración del corazón y sensación de euforia hasta una cascada de cortisol que puede desembocar en la ansiedad más agónica.
La oxitocina, hormona del amor, te induce a un estado de seguridad y calma, la vía neuronal que se ocupa del miedo se va de vacaciones, se activa la vasopresina, responsable de la unión monógama y el “encaprichamiento”, y el nivel de dopamina que se genera se ha llegado a comparar con el de ciertas drogas. 🍁
Así que cuando te enamoras no simplemente te sientes como una olla exprés, sino que prácticamente es en lo que te conviertes.
Y por muy románticas que pinten las “mariposas” 🦋 en el estómago, pocas sensaciones más estresantes existen.
Pero siempre hay un nivel más allá 📈, incluso en las ollas exprés de sentimientos excesivamente bonitos mezclados con sintomatologías psicosomáticas que… hasta pueden llegar a matarte.
Y es que, a no ser que seas un poco Romeo y tengas tendencias chungas, el amor no mata, pero nuestro protagonista de hoy sí lo hace.
Señoras y señores, les presento al Síndrome de Stendhal, también conocido como el Síndrome de Florencia. ⚜️
El proceso de enamoramiento atraviesa varias etapas y va incrementando 💗 el descontrol hormonal de forma paulatina para después volver poco a poco a la normalidad y estabilizar la situación.
Ahí es cuando se dice que comienza el “amor puro”.
Este proceso dura entre seis meses y tres años, dependiendo del caso (aunque yo conozco a algunas personas a las que si les dura una semana es motivo de celebración 🙊).
Sea como fuere, solo puedo definir el Síndrome de Stendhal de una forma: coge todo ese proceso, condénsalo en quince segundos, mételo en un ingenuo cuerpo humano que no se espera en absoluto lo que está a punto de suceder… ¡y reza para que no acabe en paro cardiaco! 💣
Y sí, literalmente ha habido personas que, por desgracia, no han podido contarlo.
Es por eso que la Galleria degli Uffizi 🖼️ (Florencia) está llena de desfibriladores: porque es uno de los epicentros de este síndrome.
Hoy varío un poco el formato de esta newsletter para recomendarte el vídeo en el que, después de quedarnos tirados en Florencia, conseguimos el que sería nuestro piso 🏚️ durante tres meses.
También incluye la experiencia más fuerte que he vivido hasta la fecha con el Síndrome de Stendhal y el fin de año 2022, todo aderezado con planos de la experiencia por esa fantástica ciudad y narrado por Jako, que al final del vídeo (y por sorpresa para mí 😳), recomendó esta misma newsletter.
Ahora soy yo quien, desde aquí, te recomiendo pasarte a ver el vídeo, porque si te gusta esta newsletter, te encantará nuestro canal. ¡Estoy segura! 🙌🏼
Espero que disfrutes el vídeo;
¡Un abrazo! 🧸
🦉 Nota extra
Cualquiera puede experimentar Síndrome de Stendhal en mayor o menor medida. En mi caso, siempre lo había atribuido a los “nervios” del momento. No se me ocurrió investigar sobre esto hasta empezar a llorar sin parar, marearme y no poder mirar la catedral de Sta. María del Fiore sin sentir que me iba a desmayar.
¡Así que aquí te dejo el chivatazo! 😉
PD. Si quieres aprender más sobre cómo funciona tu cerebro para sacarle el mayor partido a la vez que trabajamos en el branding y la estrategia de tu marca, te recuerdo que tienes disponible mi servicio de mentorías.
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