👧🏻 Lo que los niños cuentan sin hablar

Todo lo que los niños nos enseñan.

#033 | Desde 📍Galicia (España) con ♥︎.

Mi nombre es Khoana, y estás leyendo mi newsletter personal, un espacio ensayístico en el que comparto reflexiones, aprendizajes y todo lo que sé.

Si quieres saber un poco más sobre mí, aquí tienes algo más de información.

… y si te han reenviado esta newsletter y quieres recibir la próxima en tu bandeja de entrada, puedes suscribirte aquí.

Hay un lugar a las afueras de Valencia que se ha convertido en nuestro emplazamiento favorito para vivir en furgoneta 🚐. Un lugar al que siempre volvemos y en el que pasamos largas temporadas.

 

Y nos gusta por tres razones:

1️⃣ Está maravillosamente fusionado con el bosque, que penetra sutilmente en el pueblo como tratando de ganar terreno y lo dota de pequeñas cascadas, un río y una ruta ideal para hacer senderismo.

2️⃣ Es un lugar apartado y poco conocido, así que no hay mucha gente, pero sí mucha paz. Se podría decir que es como nuestro “pueblo secreto”.

3️⃣ … y lo más importante: es el hogar de una entrañable pareja a la que adoramos, así que el tiempo que estamos allí nos convertimos en vecinos inseparables. Esto supone una ocasión perfecta para compartir tiempo de calidad, dejarnos querer con las recetas de nuestro amigo y ver crecer a nuestro sobrino no-consanguíneo.

 

Este pueblo secreto es un lugar exento del espacio y del tiempo.

Para mí, es un rincón mágico 🔮 repleto de buenos momentos y confidencias.

¡Pero nada es perfecto en este mundo; ni siquiera nuestro pueblo secreto! 🍃

Y es que cuenta con un gran inconveniente: está a una hora de Valencia.

 

Así fue como terminamos levantándonos a las 5:30 una… (¿se le puede llamar “mañana” a eso?) para acoplarnos en el coche de nuestro amigo y ahorrar gasolina ⛽ y la desagradable experiencia de encontrar sitio para aparcar una furgoneta enorme en plena ciudad.

 

Tony trabajaba en un colegio, y una de sus funciones era abrir la puerta del patio a primera hora.

Sí, Tony era ese desgraciado que llega el primero al centro y que tenía la misma cara de m*erda que tú cuando te lo cruzabas antes de entrar en el colegio. 🏫

 

Y supongo que esa tortura 🪓 innecesaria es una de las responsables de que ya no trabaje allí.

Sea como fuere, Tony nos había hablado mucho sobre esas mañanas y su relación con los «nanos» –como él los llama–, así que tenía mucha curiosidad por ver ese curioso fenómeno con mis propios ojos 👀… y decidimos quedarnos a hacerle compañía y vivir la experiencia.

¡Y que experiencia! 🤯

 

Los primeros en llegar fueron dos hermanos, un chico y una chica. Su padre era profesor 👨🏻‍🏫 de secundaria y traía a los niños con él, a pesar de que las clases de primaria comenzaban una hora más tarde.

Mientras tanto, permanecerían en el patio a cargo de Tony, que sabiamente ya había sacado un buen repertorio de balones ⚽ para el entretenimiento de las jóvenes bestias.

 

Y entonces fui testigo de una asombrosa metamorfosis: nada más desaparecer su progenitor, los hermanos dieron rienda suelta a su esencia, transformándose por completo en los niños que sus padres no conocían y que eran realmente fuera de la supervisión adulta. 😈

Tony había tejido magistralmente una confianza que, pese a no desmoronar por completo su figura de autoridad 👮🏻‍♂️, si le permitía una interacción “de igual a igual” con los niños.

 

¿Puedo trepar la portería? – dijo el pequeño hermano, claramente buscando la preocupación y la reprimenda oportunas por parte de mi amigo, que con una pasmosa actitud de calma y confianza le respondió que si lo hacía, fuese bajo su propia responsabilidad, ya que podía caerse y descalabrarse 🏥, así que él no podía darle permiso para hacer tal cosa.

 

Entre tanto, la niña tanteaba la paciencia de Tony, pinchándole continuamente en una clara búsqueda de atención 🙋🏼‍♀️ a la vez que se quejaba de su molesto hermano, que no paraba de liarla aquí y allá.

 

Mientras, otros padres con horarios de trabajo exigentes u otras obligaciones, seguían el ejemplo del padre de estos hermanos y dejaban a sus hijos pronto en el colegio. 🏃🏽

Así es como, poco a poco, el patio se iba llenando.

 

Brazos cruzados y manos bajo las axilas, un nuevo pequeño acudió a la improvisada pandilla en torno a Tony. Este niño, que apenas me llegaba a la cintura, me sorprendió sobremanera por su actitud, más propia de un señor de 75 años 👴🏼 que de un chaval de primaria.

 

Poco más tarde, aparecería una ruidosa chiquilla, que se pondría a gritar como si le hubiera caído un yunque en el pie para reprender seguidamente a su compañero con un “cállate, que estoy hablando yo”. 💃🏻

Los minutos pasaban, esos seres llenos de energía 🔋 no daban un solo segundo de tregua, y yo simplemente observaba, fascinada, siendo consciente de la representación en miniatura que estaba viendo de los progenitores de esos niños.

De cómo funcionaban las cosas en sus hogares.

De cómo los criaban 🐣 y educaban.

De las carencias que los niños estaban desarrollando.

Se veía TAN claro…

 

Tanto, que cuando la madre de la niña chillona aparece, trajeada de punta en blanco 👔 y tratando de aparentar serenidad, piensas “¿a quién quieres engañar? Yo cómo eres. Sé lo que hay ahí debajo”.

 

Comprendes la disciplina y rectitud 📏 con la que convive el niño “viejo”, y sabes que el profesor y su mujer siempre están demasiado ocupados para sus hijos.

Tanto, que han aprendido que la mejor forma de encontrar la atención de un adulto es hacer que les regañen.

 

¿Y ahora qué? ¿Qué imagen trabajan por transmitir esos padres? 🙄

Curiosamente, esto es un paralelismo perfecto de lo que sucede cuando no tienes una marca bien definida: da igual que utilices tus “colores corporativos” 🎨 o que te pongas tu logo hasta en la frente, porque un branding es mucho más que eso, y utilizarlo bien es todo un arte.

 

De hecho voy a derribarte todas tus creencias, y es que precisamente lo menos importante de una marca es el logotipo. 👐🏼

Tu marca puede funcionar a la perfección sin un logotipo, pero no sin una esencia definida.

 

Porque incluso cuando “no tienes un branding”, lo tienes, y es un branding descontrolado que cuenta tanto de ti como un hijo 🚸 en el patio del colegio.

 

Así que te doy un consejo honesto: plantéate qué quieres transmitir con tu marca y trabaja en esa dirección antes de que sea tarde. ⏱️

 

Antes de querer aparentar ser el padre perfecto cuando el resto sabe a ciencia cierta que no es así. 😉

🦉 Nota de reflexión

Probablemente alguna vez hayas vivido una situación en la que alguien cercano habla de una característica supuestamente tuya que no relacionas contigo en absoluto… y eso te haya hecho pensar que esa persona no te conoce en absoluto.

 

Todos miramos el mundo desde nuestras propias gafas, y un solo hecho se puede interpretar de mil formas diferentes dependiendo de quién mire y cómo se encuentre en ese momento, por eso es tan importante trabajar un brandingconsistente que transmita claramente tu marca sin lugar a interpretaciones erróneas.

SUSCRÍBETE A LA NEWSLETTER

Recibe estos post y otras ofertas
exclusivas 💎 en tu bandeja de entrada.